lunes, 15 de noviembre de 2010

HOY VUELVO A SOÑAR CONTIGO

Este sueño no tiene fin, nunca acaba, hace unos días, soñando, viví con intensidad cada instante del Traslado, disfruté cada segundo y cada salve, no estuve en tu costero, me reservé para otro momento, pero Tú más que nunca estuviste en mi corazón.

Durante el camino seguí la senda que forjaron mis mayores, y allí amparado en la oscuridad tuve tiempo para vivir en soledad miles de pensamientos, a cual mejor.

Los días anteriores trascurrieron tal y como los soñé, rodeado de la familia, los amigos. A la vera Tuya pude sonreír de nuevo con tu Niño, que más se puede pedir, allí en tu aldea, pisando esas benditas arenas, recogí con el alma momentos inigualables, unas veces al abrigo de una guitarra, otras veces sentado alrededor de una mesa, compartiendo palabras.

Llegué abierto a nuevas emociones, y poco a poco fui llenando el pensamiento con nuevos recuerdos. Ahora los guardaré entre mis brazos, para entregarlos a aquellos que no estuvieron junto a Ti.

Recuerdas… El día amaneció fresquito, y aunque no te esperaba tan pronto, Tú quisiste salir a una hora intempestiva, y todos lo agradecimos con una sonrisa en los labios, miles de corazones desbordados de amor surgieron por las calles de la aldea, y Tú y tu Niño regalando alegrías renovadas. Almonte se aferró a tu costero surcando las horas, templando las arenas, desde ese preciso momento mi corazón comenzó a latir sin aliento, cada momento del Traslado fue especial y todo, Gracias a Dios, transcurrió perfectamente.

Ahora la distancia ha vuelto a llamarme, y como dije al principio, este sueño no tiene fin, nunca acaba… Hoy vuelvo a retomar mis sueños, hoy vuelvo a soñar contigo, con mi pueblo… Sueño que estoy en Almonte rezando la salve junto a los míos, sueño que hago guardias, y entre sueño y sueño, sueño que todo se hace realidad.

Le pido a Dios que nunca termine esta bendita senda, que Tú me regales miles de amaneceres a tu vera, que la salud acompañe a todos los que me rodean, y así eternamente.

También doy gracias a todos los que te acompañaron por quererte y demostrarlo sin temor ni vergüenza a la hora de expresarlo. Y cómo no, a Almonte y a todos y cada uno de los almonteños, por quererte, por cuidarte, por mimarte durante estos nueve meses, sin miramientos, con pasión y devoción.

Bendito Sueño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario