domingo, 14 de noviembre de 2010

HOY QUIERO EMPEZAR DE NUEVO

Cada día es una oportunidad para empezar de nuevo.
Hay quien se siente desesperanzado ante los problemas de la vida, ante las dificultades lógicas de lo cotidiano y, sin embargo, no hay un solo día de nuestra existencia que no se convierta en una oportunidad para empezar de nuevo.

Es fácil decirlo y difícil llevar a la práctica una actitud en la vida de confianza y Fe cuando se atraviesa una laguna de obstáculos, pero ¿cuántas personas han necesitado tocar fondo para volver a salir a flote, empujando sobre sí mismas con una fortaleza que ni ellas saben de dónde procede?

No serviría de nada acercarse a suplicarle a la Virgen del Rocío su intercesión si no se está dispuesto a dar pasos en firme, a mirar el horizonte como la posibilidad de llegar a él y encontrar en el camino cientos de soluciones para todo lo que nos preocupa.

La Fe no es algo que podamos tocar, pero cuando se siente es tan poderosa como para poder mover las montañas de lugar. Si no fuera así, jamás hubiera utilizado alguien como Jesús, que era el Camino, la Verdad y la Vida, una afirmación tan rotunda.

No podemos medir la Fe que tenemos, sin embargo es en función de nuestros logros como damos testimonio de la Fe que proclamamos.

“Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y a quien llama se le abre”, dice Jesús, nuestro Pastorcito Divino. ¿Será que no pedimos con la suficiente Fe, que no buscamos con verdadera confianza, que no llamamos a tantas puertas como sean necesarias para que ÉL nos abra la puerta conveniente?

No sé, querido lector, en qué momento de tu vida te encuentras ahora. Sé que entre las personas que leen el editorial del día se hallan los que con poco se sienten llenos y los que con mucho se sienten vacíos. Sé que tú puedes estar sorteando las numerosas piedras que hay en tu camino porque pretendes llegar al otro lado en busca de felicidad, y que cada lector puede ser un ejemplo distinto de cómo se enfrenta a la realidad del día a día.

Pues yo te lo digo, “levántate y anda”, no te pares, sigue mirando el objetivo y corre tras él. Cree en ti mismo con la misma fuerza que la Virgen del Rocío y el Pastorcito Divino creen en ti. Si hubieran puesto ante nuestros ojos una línea recta nunca apreciaríamos lo que se siente al encontrar un hermoso paisaje al doblar una esquina o terminar de tomar una curva peligrosa.

Si esperas a mañana estás perdiendo el tiempo. Hoy es el día que Dios ha escogido para darte la oportunidad de empezar de nuevo.

Y no lo olvides: tranquilo, que te llevan sus manos.

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